jueves, 15 de noviembre de 2007

HISTORIA FINAL

SENTIDOS

Capitulo 1


“Parece que todo llegó a su fin. Mi sentido del olfato ya estaba acostumbrado al fuerte olor de las rosas frescas que alcancé a traer de Colombia. Mi piel estaba húmeda por el calor que hacían las velas que llegaban a su fin, mis oídos cansados de escuchar los mismos acordes agudos, los compases más largos y las notas quizá más dolorosas que he escuchado en toda mi vida; era la octava vez que los músicos tocaban el Ave María. Como si fuese costumbre, ya mi cuerpo no percibía nada. Me sentía sola, triste y confundida, preferí dejar las cosas así por ese momento y estar en paz con él, pues era la última vez que lo podía ver”. Así se hablaba Rocío en el funeral de su hijo Mario.

Rocío se encontraba hace cinco días en Nueva York. Tuvo que viajar por motivos de fuerza mayor, ya que su único hijo había muerto en las afueras del trabajo. “Al parecer fue un atraco a mano armada”, esto era lo que respondía Rocío cuando le preguntaban el por qué de la muerte de Mario Aldana.


Al otro día, Rocío entierra a su hijo.


Capitulo 2


Era una mañana bastante fría como es de costumbre en Nueva York, el cielo estaba nublado, los pájaros escondidos y las calles atestadas de gente que corrían de un lado al otro. Mario Cadena se encontraba en la sala de su casa tomándose un café y observando el tráfico que lo esperaba para salir rumbo al trabajo. Como de costumbre tomó su maleta, la gabardina y el reloj de mano que lo acompañaba a todos lados.

En el carro recibió un mensaje de voz:

- “Mario espero que se encuentre bien, lo llamo para informarle que hoy trabajaremos medio tiempo, por lo tanto tiene la mañana libre, pues hay un daño en las máquinas de la empresa y el técnico estará reparándolas de 8 a 2 de la tarde. Hablamos!”. Rodolfo.

- Mario: Malditasea!!! ¿y ahora para dónde cojo?... Al café de siempre será…

A eso de las doce del día, Mario ordenó un jugo y continuó leyendo un libro de poesía de Mario Benedetti. Una mujer de extraño rostro con gafas de sol pasó por su lado. El olor de esta mujer paralizó a Mario, su perfume lo devolvió a aquel pasado que él no quería recordar, pero era imposible, el perfume era dulce e intenso, Mario desesperadamente buscó a la mujer, buscaba su olor, buscaba a Rocío. Su excelente sentido del olfato lo guío hasta ella, pero los lentes oscuros no permitieron reconocerla del todo. Sin embargo él sabía muy bien que era ella.

Cuando Rocío ordenó se quitó las gafas y así Mario pudo comprobar que era ella. Él quiso acercarse, hablarle, besarla y decirle tantas cosas pero no pudo. La muerte de su hijo todavía era reciente y esto era un obstáculo para él. Tendría que esperar por lo menos tres meses o quizá un año para poder mirarla a los ojos y explicarle muchas cosas.

Pese a este encuentro repentino, Mario decidió almorzar en otro lugar, además su tiempo libre se agotaba y tenía que irse a su nuevo trabajo que quedaba un poco retirado del café.


Capitulo 3


Los gastos de la muerte del hijo de Rocío fueron muy costosos por lo que ella se vio obligada a buscar un empleo para recuperar el dinero y devolverse a Colombia (su país de origen). Una mañana se dedicó a buscar trabajo en los clasificados y al otro día la llamaron de un restaurante argentino:

-(Teléfono suena): ¿Hello?, ¿Alo?- Rocío

-¿Habla usted español?

-Sí, claro. ¿A quién necesita? – Rocío

-A Rocío

-Con ella

-Rocío espero que este bien, la estamos llamando del restaurante argentino ¿Se acuerda?

-¡¡¡Por supuesto!!! - Rocío

-Estamos necesitando una mesera y quisiéramos saber si usted está interesada en el puesto

-Claro – Rocío

-¿Usted habla inglés?

-Muy poco. La verdad es que llegué hace veinte días - Rocío

-¿Tiene la visa y los papeles legales?

-Sí, todo al día como debe ser – Rocío

-OK, lo del inglés se puede arreglar, ¿puede presentarse mañana a las ocho de la mañana?

-Ahí estaré. – Rocío

-Hasta luego.

Al otro día Rocío consiguió el empleo temporal en el restaurante argentino, esto fue un motivo para que se quedara en Nueva York.

Un mes después, el dueño del restaurante le propuso a Rocío quedarse como empleada fija y con un mejor sueldo, ella acepta y decide suspender sus planes de devolverse a Colombia.

La vida de Rocío había cambiado mucho, a pesar de que trabajaba diez horas al día, vivía bien y el sueldo le alcanzaba para poder alquilar un apartamento en el centro de Manhattan cerca al trabajo para poder irse a pie. Sus únicos amigos eran los del restaurante que la apoyaron muchísimo. El inglés lo entendía pero no podía hablarlo bien. La muerte de su hijo todavía no la superaba y su conciencia no la dejaba en paz todas las noches. Rocío supo que Mario vivió en Estados Unidos mucho tiempo, pero no sabía si todavía se encontraba acá y en qué ciudad.

De alguna forma esto también la detenía. A pesar de todo el tiempo que ha pasado sin saber de él, ella guardaba las esperanzas de poder volverlo a ver…

-“…Me gusta tanto este espacio, estas calles, este paisaje y nadie se imagina lo mucho que me gusta caminar sola por aquí, pensar en la vida, en todo lo que me ha pasado, observar a la gente, las palomas, los buses, escuchar los pitos desenfrenados de los carros, los aviones, saborear un dulce expreso, oler las flores y el humo del trafico… JA!, pero seamos sinceras, lo que más me gusta de este lugar es imaginarme que un día cualquiera pueda encontrarme con el hombre que más amo, chocarme con su hombro y mirarlo a los ojos, no me importa si no me determina, además, yo ya no soy la misma de hace veinte años; los años no pasan en vano!!, no puedo engañarme, mi rostro ya se está comenzando a arrugar, mi cabello está más largo que antes y estoy muy delgada, en fin. Lo único que no se arruga es el corazón…” Rocío.



Capitulo 4


Tres meses después, Mario buscó a Rocío. Esta vez quería saber dónde vivía y a que se estaba dedicando. Por esta razón volvió al café donde la vio por primera vez, pero esta vez no le fue muy bien, pues no la encontró.

Un sábado en la noche, Mario salió a tomarse unos tragos con su mejor amigo Miguel. Era un bar de música Jazz en el centro de la ciudad, cerca al restaurante donde trabajaba Rocío. A eso de las 10:00 pm el par de amigos se encontraron. Habían bebido bastante y Miguel se sintió mareado por lo que Mario tuvo que decirle que no más:

-Mario: Oiga hermano no más!

-Miguel: Me siento mal

-Mario: Párele a eso

-Miguel: Necesito comer algo

-Mario: Jumm, pues nos toca salir a buscar porque en este bar no venden comida

-Miguel: ¡Vámonos!

-Mario: Si, vamos

---Más adelante: ---

-Miguel: Comamos en el restaurante argentino

-Mario: Camine

Mario y Miguel comieron en el restaurante donde trabajaba Rocío pero ni él ni ella se vieron. Cuando ya se iban a ir, Mario fue a cancelar y en esas escuchó la voz de Rocío, volteó a mirar y era ella. Mario se quedó frío, paralizado, pero su amigo se le acercó y lo llamó. Mario pidió un taxi para Miguel y lo envió a su casa, pues esta vez no la iba a dejar ir, sin saber donde estaba viviendo.

Mario esperó a Rocío a fuera del restaurante y la siguió hasta su casa.

Al otro día fue lo mismo. Todos los días él iba y la esperaba y la seguía. Así transcurrieron tres semanas hasta que Mario no pudo más.


Capitulo 5


Esta vez Mario estaba decidido. No le importaba nada, sólo quería que ella lo viera y que pasara lo que tenía que pasar.

Mario le dejó una nota en la casa de Rocío. La nota decía:

Mario llegó a la cita, buscó a Rocío pero no la encontró por ningún lado. Miró su reloj y se sentó en una banca a esperarla.

“La ventaja mía es que yo ya la he visto, así que podré reconocerla y no me cogerá de sorpresa.” Mario

Pero esta vez fue todo lo contrario, ella ya sabía con quien se iba a ver. Mario no se percató de cambiar la letra y Rocío a penas leyó la nota reconoció la letra de él.

Los nervios invadieron a Rocío, pues ella había esperado mucho por este momento, cuando lo vio se detuvo y hasta pensó en devolverse a su casa y dejar las cosas así. Pero las preguntas y todo lo que sentía le ganaron…

Rocío sorprendió a Mario desde atrás con un saludo frío y dudoso:

-Rocío: ¿Hola?

-Mario: Rocío!!!, gracias por venir

-Rocío: No puedo demorarme, tengo que regresar al trabajo

-Mario: Si, yo sé,

-Rocío: ¿Por qué lo sabe?, ¿me ha estado siguiendo?

-Mario: Si, no

-Rocío: ¿Al fin qué?

-Mario: Si, hace un tiempo…

-Rocío: ¿Y por qué apenas ahora aparece?

-Mario: Es una historia muy larga, no te imaginas todo lo que me ha pasado, todo lo que te tengo que contar… pero estoy aquí también porque quiero saber cómo has estado todo este tiempo, que pasó contigo…

-Rocío: Ja!, yo sigo siendo la misma de siempre, nunca he cambiado. Pero yo no vine a contarle de mi vida. Vine a escucharlo a usted, porque me imagino que su vida si cambió y mucho…

-Mario: Si Rocío. Yo tuve que huir del país porque me involucré con gente muy peligrosa y mi vida corría peligro. Me propusieron más dinero y una vida nueva acá.

-Rocío: ¿Vida nueva?, ¿a qué le llama usted vida nueva?

-Mario: Al cochino dinero. Pero eso ya no importa. Y sí, como usted dice; mi vida cambió mucho. A pesar de que acá lo tengo casi todo yo no soy feliz como usted piensa. Los problemas me estaban volviendo loco, no podía salir y tomarme un trago tranquilo porque sentía que todo el mundo me miraba, que me perseguían… alcancé a recibir llamadas donde me amenazaban y tuve muchos problemas… por eso renuncié a ese empleo. Ahora trabajo decentemente y aunque no gano mucho vivo “tranquilo”. Y a pesar de todo eso… (Silencio)

-Rocío: ¿Qué?

-Mario: Recuerdo todo lo que dejé en Colombia

-Rocío: todo lo que conoció y lo que nunca conoció…

-Mario: ¿A qué se refiere?

-Rocío: A su hijo… Cuando usted se fue yo tenía un mes de embarazo, ¿no se acuerda?

-Mario: ¿Y dónde está?, ¿como esta?

-Rocío: No está…

-Mario: ¿Cómo así?

-Rocío: Sí, no está… Ya no está. También tengo una historia muy larga que contarle…

-Mario: Para eso estamos aquí, ¿no?

-Rocío: ¿Qué hora es?

-Mario: Cuatro y media

-Rocío: Se llamaba Mario igual a usted. Mario Aldana.

-Mario: ¿Se llamaba…?

-Rocío: Él vino a buscarlo acá, de hecho consiguió un empleo y estaba en la universidad. Siempre quiso saber quien eras

-Mario: ¿Y qué pasó?, ¿dónde está?, yo lo quiero conocer (tono entrecortado)

-Rocío: Lo mataron hace cinco meses, cerca a la estación de Penn Station, fue un atraco y él, seguro por no dejarse le dispararon…

-Mario: (Silencio)

-Rocío: ¿…No va a decir nada?

-Mario: No lo puedo creer…

-Rocío: Claro, para usted es fácil porque nunca lo conoció

Mario: Rocío, lo siento muchísimo, aunque no lo crea, a mí también me duele y no sabe cómo me gustaría devolver el tiempo. Permitir que todo esto sucediera…

-Rocío: Tengo que irme

-Mario: ok, pero… ¿puedo volver a verla?

Rocío: No sé… Las cosas han cambiado Mario, yo vine hasta aquí por que quería escucharlo y aclarar muchas dudas… creo que ya lo logré.

-Mario: Podemos se amigos, ¿no?

-Rocío: Es muy difícil eso, ¿no cree?

-Mario: ¿Por qué lo dice?, ¿acaso hay algo más para contar?

-Rocío: (Silencio)

-Mario: Creo que ese silencio dice mucho…

-Rocío: Los silencios no hablan y no sea sarcástico!!!

-Mario: En fin. ¿Puedo volver a verla?

-Rocío: Tal vez… igual, ya sabe dónde encontrarme

-Mario: Gracias por venir

-Rocío: Que esté bien.

-Mario: Chao y cuídese por favor.

-Rocío: Usted también.


Capitulo 6


Poco a poco Mario se fue ganando la amistad de Rocío, aunque para él fue difícil llegarle a ella. Todas las noches la recogía en el restaurante, hablaban mucho y salía de vez en cuando. De esta forma Rocío volvió a creer en él y a enamorarse más, pero esto Mario no lo sabía.

Un día Rocío fue a la casa de Mario, mientras él le servía un café ella miraba la colección de libros que tenía y entre esos encontró uno de Mario Benedetti, lo tomó prestado y le dijo a Mario que si podía llevárselo a su casa para leerlo.

Ese mismo día en la noche, Rocío empezó a leerse el libro pero cuando lo abrió se le cayeron unas fotos y un papel bastante arrugado. Las fotos eran de ella y el papel era un viejo poema que ella le escribió a Mario hace muchos años. Rocío no entendía porque él tenía sus fotos y la carta que ella nunca pudo darle.


Capitulo 7


Después de haber encontrado el viejo poema, Rocío empezó a sospechar de Mario, tanto así que no le contó lo del poema.

Las cosas habían cambiado, su confianza se había ido al piso, se sentía incomoda con su compañía, pues no paraba de pensar cómo llegó la carta a las manos de él.

-Mario: ¿Qué te pasa, estas muy callada, pensativa?

-Rocío: Nada…

-Mario: ¿Tienes algo que decirme, verdad?...

…Recuerda que no soy adivino

-Rocío: Me gustó mucho el libro… Me estaba acordando de las cartas que te hacía yo hace unos años

-Mario: Sí, los poemas, las tarjetas, todo…

-Rocío: ¿Tienes más libros de él?

-Mario: Tengo dos más, pero tengo que buscarlos. ¿Me esperas?

.Rocío: Si quieres te ayudo

Mario: Ok.

Mario y Rocío empezaron a buscar el libro y en esas ella encontró la billetera de su hijo. La tomó y la guardó en su bolso inmediatamente sin que él se diera cuenta. Su desesperación no le permitió seguir ahí, estaba muy triste, no podía hablar, lo único que quería hacer era salir corriendo de esa casa y llorar. El recuerdo de su hijo seguía ahí y no entendía por qué estaban estas cosas en la casa de Mario.

Rocío sacó todos los documentos de su hijo y empezó a sospechar de Mario, pues este le había mentido porque si había conocido a su hijo.

En los documentos de la billetera había un número telefónico, en el nombre decía: Armando Ulloa –Matón-, cosa que la asustó bastante pues la letra no era de su hijo sino de Mario.

Hay mismo llamó a ese número:

-¿Alo?

-Rocío: ¿Armando Ulloa?

-¿Perdón?

-Rocío: ¿Es usted Armando Ulloa?

-No, señora este número ya no es de él

-Rocío: ¿Sabe dónde puedo localizarlo?

-¿No me diga que usted es uno de esos tantos clientes que él tiene para los trabajitos?

-Rocío: ¿Trabajitos?

-Ahhh tranquila que yo sé de qué me está hablando… Los trabajitos para mandar a dormir a la gente..Usted sabe

-Rocío: ¿Cómo es su nombre?

-Lo único que le puedo decir es que Armando antes de irse me dio este celular, ahora yo no sé nada de él, así que no le puedo ayudar más. Que este bien.

-Rocío: Nooo, espere!, no me cuelgue. ¿Alo?, ¿Alo?, ¿Alo?.

Rocío tenía la sospecha de que su hijo no lo habían matado en un atraco. Las cosas habían sido diferentes y Mario estaba muy involucrado.



Capitulo 8


Días después Mario sorprende a Rocío con un ramo gigante de flores, era su cumpleaños.

-Mario: ¡Hola, Feliz Cumpleaños!

-Rocío: Gracias, muy bonitas las flores

-Mario: ¿Puedo seguir?

-Rocío: Si

-Mario: ¿Otra vez con problemas?

-Rocío: Si. ¿Por qué tenías en tu casa los documentos personales de mi hijo y un poema?

Mario comenzó a sudar frío, su boca temblaba, estaba muy nervioso.

-Mario: No entiendo…

-Rocío: Por favor sea sincero, no me mienta más!!!

-Mario: Rocío, hay algo más que no te he contado…

Hace muchos años, alguien entró a la empresa donde trabajaba, y me empezó a amenazar por teléfono, yo me desesperé porque no podía dejar el trabajo, hasta que me despidieron por culpa de esta persona, yo me llene de rabia, en esa época tenía muchos contactos y a uno de esos le pedí que por favor se deshiciera de esta persona. En cuestión de días, después de haber pagado una gran suma de dinero, mataron a esa persona…

-Rocío: ¿Por qué?.. ¿Sabías que era tu hijo?

-Mario: NO!, jamás, si lo hubiese sabido no lo hubiera hecho. En este caso me deje llevar. Cuando lo mataron me entregaron sus pertenencias y al verlas encontré tu poema y los datos de él, tu número telefónico y así comprobé que él era el hijo que tenía.

A mí también me ha dolido mucho, ¿usted que cree?, que por qué no lo conocí entonces… ¿ no siento nada… ?

En ese momento Rocío comenzó a llorar desesperadamente. A pesar de que lo amaba y quería saber la verdad, no podía creer lo que le decía Mario, ella hubiese querido retroceder el tiempo y no haber dejado que todas esas palabras salieran de la boca de él.

-Suena el teléfono-

-¿Habla Rocío?

-Rocío: Si, ¿puede venir ya a mi casa?, él está aquí…

-En diez minutos estamos ahí

La decisión que acababa de tomar Rocío cambiaría para siempre el destino de los dos. Al piso se había ido todo lo planeado, los recuerdos, la confianza construida, y el amor que siempre sintió por él también.


Capitulo 9


Mario terminó en una cárcel a las afueras de Nueva York. Los cargos fueron diez años por homicidio y siete más por haber trabajado en negocios ilícitos con fines terroristas. Él nunca hablo en contra y acepto todos los cargos…

En la cárcel nunca habló, no tenía amigos, siempre estuvo encerrado en la celda, los primeros meses no comía.

Rocío renunció al restaurante y se devolvió a Colombia. Comenzó desde cero, pues su casa la había vendido. Pero con el tiempo logró emplearse y pudo conseguir una pequeña casa en el sur de Cali, su ciudad natal. Siempre vivió sola, en su vida solo existieron dos hombres: su hijo y Mario.


Capitulo 10


Diez y seis años después Mario sale de prisión. Por buena conducta le redujeron la condena un año.

Por seguridad tuvo que devolverse a Colombia a comenzar una “nueva vida”. Con 60 años de edad era muy difícil que consiguiera trabajo.

Cuando Mario llegó a Colombia lo primero que hizo fue ir a buscar a Rocío. Él todavía tenía esperanzas. Todos esos años en prisión pensó en este momento y en poder pedirle perdón a Rocío y proponerle matrimonio. Mario lo que más quería era pasar el resto de lo que le quedaba de vida junto a la mujer que mas amaba.

Cuando Mario fue a buscar a Rocío no la encontró, pues ella meses antes se enfermó del corazón, según exámenes médicos tenía cáncer y este ya había hecho metástasis en su cuerpo, por lo tanto las posibilidades de salvarse eran muy pocas. Un año más tarde ella murió.

Mario estaba destrozado, su vida se había acabado, ni ella ni su hijo podían estar a su lado. Su vejez iba a ser un infierno y él con solo imaginársela se asustaba…

Sus nervios que lo caracterizaban desde que estaba adentro de su mamá lo invadieron. Él no tenía a donde ir. Durmió en las calles por mucho tiempo, pues la poca plata que alcanzó a traer de Nueva York le alcanzó para unos cuantos meses.

…Un año después, el ingeniero químico Mario Cadena fue encontrado muerto en un parque de la ciudad. Murió de pena moral.

1 comentario:

SBTVD dijo...

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